Cualquiera que haya practicado alguna vez ballet y danza sabe muy bien que no hay nada de fragilidad en sus interpretaciones. La fortaleza física de los bailarines y bailarinas requiere de un dominio perfecto de sus cuerpos al compás de la música.
Algunos bailarines inician sus carreras durante la infancia y muchos han entrado en una escuela de danza incluso antes que en la guardería. Bailar es una de las disciplinas más exigentes del mundo, se requiere fuerza sin perder agilidad y, velocidad sin perder ritmo. Es una combinación perfecta de tonicidad muscular, con fuerza muscular pero con una elasticidad y flexibilidad particulares.
Cada bailarín y bailarina es una máquina perfecta que cultiva y cuida su cuerpo al máximo. No solo como una forma de lucir bellos y bellas en el escenario, sino como una forma de cuidar su seguridad física en cada arriesgado movimiento. Un bailarín poco preparado puede sufrir graves lesiones y lo que es peor, puede provocarlas en sus compañeros. Por esta razón, se someten a duras actividades físicas que tienen como objetivo fortalecer sus cuerpos y ganar elasticidad. Para ello, deben cuidar su alimentación, endurecer sus músculos y practicar movimientos no habituales.
Los bailarines son una combinación de deportistas de élite con gimnastas, pesistas, atletas y acróbatas, sin dejar de lado la preparación de expresión corporal y musical. Veamos la ruda preparación de los bailarines para brillar en sus ejecuciones.
La rutina física de los bailarines
Para muchos bailarines su día comienza antes de que salga el sol y mantienen durante todo el día una alta intensidad en cuanto a actividades se refiere. Una rutina que incluye ejercicio físico, coreografía, ejercicios de estiramiento, entrenamiento musical y técnica interpretativa. Ejecutar una pieza de danza, requiere de un perfecto dominio corporal en movimientos antinaturales y que llevan sus músculos hasta nuevos límites, así como un control interior perfecto.
La mayoría de los bailarines realizan una combinación de ejercicios cardiovasculares y aeróbicos con un poco de trabajo de fortalecimiento muscular. Asimismo, realizan fuertes ejercicios de estiramiento, elongación y ganancia de flexibilidad en sus cuerpos.
Sumado al ejercicio físico individual, el día continúa con prácticas de movimientos y técnicas de danza junto a sus compañeros. En estas sesiones se practican movimientos, actuaciones e interpretaciones en escena que deben coordinarse a la perfección con la coreografía. Para ello, se requiere de una práctica permanente y la creación de sincronía con el resto del cuerpo de baile.
Por otro lado, cada intérprete tiene un papel dentro de la obra que debe ser ejecutado de manera perfecta y que involucra mucha expresión corporal. Por esto, los bailarines practican formas de expresión que incluyen movimientos, expresiones y posturas.
Además, los bailarines deben adquirir conocimientos musicales básicos que les permitan interpretar la música en perfecta armonía. Conocer las notas, los ritmos y los compases, es fundamental para una pieza perfecta.
Uno de los mayores retos en la vida de los bailarines es la ejecución con los trajes de las obras y el vestuario. Deben aprender a moverse con trajes de ballet y danza, maquillaje y accesorios para el cuerpo.