Historia del ballet ruso

Historia del ballet tuso | Danzaida Shop

¿Podría hablarse de ballet sin hablar de Tchaikovsky? Las obras más representativas del ballet como el Lago de los Cisnes, el Cascanueces o la Bella Durmiente, son nacidas dentro del seno del ballet ruso.

Los orígenes del ballet, se remontan de la complacencia artística a las cortes italianas del siglo XV, que luego fue transportada a la corte de Louis XIV, en donde encontró su hogar por muchos años.

Por muchas décadas, el Teatro de la Ópera de París, se consideró como la meca del ballet mundial. En sus paredes se han representado las obras más excelsas del ballet clásico.

Sin embargo, es en la Rusia Imperial con los Romanov y luego, como hábil superviviente a la revolución bolchevique, donde el ballet ruso marca un antes y un después en la historia del arte y del ballet.


Tchaikovsky: La genialidad del maestro

Tchaikovsky, no inventó el ballet, sino que logró revolucionarlo desde sus raíces y permitió que llegara a la cumbre de su expresión como una forma de arte.

Pocos compositores consagraron su vida al ballet como lo hizo el maestro. La genialidad de Tchaikovsky, está en que fue uno de los primeros en demostrar que se debía integrar la música como parte ineludible de cada pieza y no como mero acompañante.

El maestro compuso enteramente tres de las piezas más escenificadas en la historia del ballet: El Lago de los cisnes, La bella durmiente y El Cascanueces, así como otras obras de gran importancia como la Marcha Eslava y la Obertura 1812.

Además de ello, participó activamente en las representaciones en Rusia de: El Quijote, Romeo y Julieta y múltiples óperas a petición directa del Zar Alejandro III.


San Petersburgo: La cuna del ballet ruso

Aunque muchos hemos conocido la fama de los ballets de Moscú. No fue en la capital rusa donde vio la luz por primera vez el ballet ruso.

Bajo el dominio de Pedro I (Pedro El Grande), se comienza en San Petersburgo, capital del imperio, un movimiento de crecimiento cultural de la aristocracia rusa, trayendo a diferentes bailes de las principales capitales europeas, junto con otras representaciones artísticas y musicales.

El ballet, en especial, cautivó a la oligarquía rusa, convirtiéndose en grandes aficionados de las representaciones francesas.

Hacia finales del siglo XIX, bajo el reinado de Nicolás II, en San Petersburgo, la revista cultural  Mir Iskusstva, inicia un movimiento de nacionalización de las artes, propiciando la creación de una compañía de ballet enteramente rusa.

Para ello, propiciaron giras de investigación de coreógrafos y compositores rusos por los principales teatros europeos Además, solicitaron la asistencia de maestros musicales de toda Europa.

Músicos, coreógrafos, directores y bailarines de Francia, España, Italia e Inglaterra, llegaron a San Petersburgo como iniciadores del movimiento con artistas locales de gran renombre.

De aquí, nace la unión entre el coreógrafo francés Marius Petipa y Tchaikovsky, generando las primeras obras de ballet autóctonas y que pueden llamarse como el inicio de un ballet totalmente ruso.

Las compañías de ballet ruso de Moscú y San Petersburgo, alcanzaron gran popularidad, e incluso, llegaron a tener más de 400 bailarines.


El ballet: Superviviente cultural

Cuando Lenin y los bolcheviques, tomaron por la fuerza el poder en Rusia, una de las principales doctrinas era la erradicación de todo lo relacionado con los tiempos imperiales.

El ballet, era una de las actividades culturales preferidas de los zares y la aristocracia rusa. Dentro de la vorágine popular, muchos líderes de los soviets, pensaron en la eliminación del ballet de San Petersburgo y Moscú, considerado por ellos como una de las expresiones aristocráticas inadecuadas con la filosofía comunista.

Sin embargo, Lenin, aprovecha la popularidad que había tenido el ballet en otros países y lo introduce como una de las formas de acercar al pueblo a la otrora actividad de las clases pudientes.

Nace con ello, la nueva historia del ballet soviético como una de las puntas culturales con la que la URSS pretendía llegar a los más recónditos lugares de la tierra. 

Bajo el dominio de zares o soviets, el ballet ruso ha alcanzado un sitial en el mundo. Uno de los productos de exportación más apreciados y sublimes de las heladas tierras de los urales.