Cada tarde, decenas de niñas aceleran el paso para llegar a tiempo a su clase de ballet. Las entradas de las academias de ballet se llenan de pequeñas con sus zapatillas en la mano y al paso vaporoso de los tutus, parece un ejército de ángeles.
Pero, además de verse hermosas y delicadas ¿Qué beneficios tiene el ballet para nuestras hijas?
Los 7 principales beneficios del ballet
Todos los que hemos inscrito a nuestras pequeñas en clases de ballet, hemos notado que en poco tiempo, existen cambios positivos en todos los aspectos. Las vemos más ágiles, seguras y comprometidas.
El ballet aporta beneficios físicos y emocionales que llevarán el resto de sus vidas y que le acercarán un poco más a la plenitud que aspiramos como padres o madres.
El ballet y la danza, tienen decenas de beneficios. Sin embargo, resaltaremos los principales beneficios físicos, emocionales y psicológicos.
Psicomotricidad y coordinación
La eficiente conexión que existe entre el cerebro y el sistema músculo-esquelético, es uno de los principales indicios de desarrollo humano. A groso modo, existen dos tipos de motricidad: gruesa y fina.
La motricidad gruesa, se define como la capacidad de realizar movimientos musculares coordinados, manteniendo el equilibrio.
El ballet, se basa en el desarrollo de la agilidad y la fuerza, mediante la repetición continua de movimientos.
Auspicia el desarrollo de la motricidad fina. El movimiento coordinado de los músculos más pequeños del cuerpo. Una de las señales de motricidad más comúnmente analizada, es la capacidad de realizar movimientos sincronizados entre el ojo y la punta de los dedos.
Memoria motriz
Los deportistas, bomberos y militares, entre otros, desarrollan entrenamientos que tienen como finalidad generar la memoria muscular.
La memoria motriz, se define como la capacidad corporal de realizar tareas motoras repetitivas de manera automática y sin un esfuerzo consciente.
Esto es especialmente desarrollado en el ballet. En las clases diarias, los bailarines realizan movimientos repetitivos que van grabándose en el cerebro y que, eventualmente, se realizan de manera automática e inconsciente.
Esto se crea a base de repeticiones, estímulos y posturas correctas. Queda fijado en nuestro cerebro de la misma manera que están grabados los movimientos de caminar, usar una bicicleta, patear un balón u otras.
Tonificación y Elasticidad muscular
El ballet, estimula la tonificación de ciertos grupos musculares que son imprescindibles para la correcta práctica de la disciplina.
Los músculos del torso, área abdominal, trapecio, brazos, piernas, glúteos y dorsales, intervienen de manera directa en la ejecución de los aparentemente delicados movimientos del ballet.
Para que estos movimientos se puedan ver gráciles y sin esfuerzo, se requiere de la bailarina, un tono muscular y una elasticidad muy desarrollada.
Equilibrio
Dar varias vueltas con una mano alzada y caer en el mismo punto, con la capacidad de inmediatamente, dar un salto o ejercer un movimiento diametralmente distinto, requiere de un equilibrio magistral.
Estos movimientos, no son naturales del cuerpo humano. Por lo tanto, requieren de un firme entrenamiento y dedicación.
El sentido del equilibrio, influye en la manera de percibir el entorno, la capacidad de atención y su autoestima. Es uno de los aspectos de mayor importancia en el desarrollo psico-motriz de la infancia.
Disciplina y constancia
Cuando la pequeña se forza a sí misma a realizar un movimiento y para el cual debe practicar diariamente hasta conseguirlo, cuando debe asistir periódicamente a clases y seguir las instrucciones impartidas, se fomenta la disciplina y la constancia.
Estos valores, tienen suma importancia en el desarrollo social de cualquier persona en la vida adulta. El ballet enseña a practicar sin descanso hasta lograr un objetivo, a fijarse objetivos y a satisfacerse de sus propios logros.
Compañerismo y pertenencia.
Cuando una niña entiende que su propio desempeño, afecta el resultado general del resto de la obra y comprende que su dedicación es importante para el conjunto, se desarrolla el sentido de pertenencia y compañerismo.
Ayudar a una compañera que no está teniendo un desempeño adecuado, pedir ayuda a una compañera más avanzada para una ejecución y otras acciones diarias en una clase de ballet, poco a poco, aumentan el sentido de pertenencia, compañerismo y sentido de conjunto.
Resiliencia
En el ballet, la resiliencia es uno de los atributos personales que con mayor énfasis se estimula por instructores e instructoras.
La capacidad de caer y levantarse, aprender donde estuvo el fallo y practicar hasta superar limitaciones, desarrolla la resiliencia de la bailarina.
Esto es imprescindible para la vida. Aprender de los errores, tomar las equivocaciones como parte del proceso, es importante en un mundo que enseña a nuestros pequeños a entender la vida como un sistema binario de ganar o perder.
El ballet es disciplina, belleza, desarrollo espiritual, mental y físico de sus practicantes. Desarrolla habilidades, atributos y virtudes cruciales en todas las etapas de la vida.